¿Qué está sucediendo?
Paloma llegó a casa de Massimo, estaba un poco asustada. El guardaespaldas que Massimo le había puesto, la acompañó a la entrada, ella sentía las piernas como gelatina, sus manos temblaban, y el solo pensar en toparse con Leonardo la ponía inquieta. Quiso marcarle a Aldo, necesitaba hablar con alguien, pero recordó que el hombre había dicho que saldría del país.
— Palomita, hija, ¿qué te sucede? Vi que te trajeron a casa, ¿pasó algo malo?
— Emma, tuve que salir de la oficina casi oculta, Leonardo el padre de Massimo llego y Matteo me escondió en su oficina, ese maldito hombre una vez me secuestro, junto con el hijo de Massimo.
— Hija… Pero ¿No te hizo nada?
— No, Emma, pero créeme vengo muy asustada…
— Tranquila hija, ese hombre no puede hacerte daño, ya estás en casa, ¿quieres que le hable a tu padre?
— ¿A Massimo?
— No, ¿quieres que le hable a Marco?
— No, Emma, no, no, se preocuparía y le reclamaría a Massimo…
— Bien hija, te voy a hacer un té para que te calme