Massimo de todas las personas que pudieron marcarle, jamás se hubiera imaginado recibir una llamada de esa persona, la sorpresa fue enorme, pero sin dudar contesto, hoy mas que nunca la necesitaba, necesitaba por lo menos escuchar su voz.
- ¿Massimo? ¿Massimo Pellegrini? – Dijo una dulce voz.
- ¡Hola…! – Respondió Massimo con las manos temblorosas.
- ¡Hola Massimo! Se que no debería marcarte, pero hoy particularmente, sentí un enorme deseo por hacerlo… - Dijo la voz al otro lado de la línea.
- ¡Gracias…! ¡No sabes cuantas ganas tenia de escucharte… - Dijo Massimo con un tono nostálgico.
- ¡Creo que estamos conectados! Hoy particularmente todo el día me sentí intranquila y la única persona que podría provocarme esto ¡Eres tu Massimo! ¿Cómo estás?
- Mi vida se acaba de ir a la m****a… Así estoy…
- ¡Tu vida ya era una m****a! ¿Lo recuerdas?
- ¡Diana!
- ¡Es la verdad, aunque no lo reconozcas!
Se hizo un silencio entre ambos, Massimo sabia muy bien que ella tenia razón, ella lo pudo ver mie