De pronto, Fiorella se comenzó a mover y poner inquieta, era como si supiera que Pietro necesitaba un momento a solas con Valeria. Celeste se disculpó un momento y llevo a su hija a revisar el pañal, Valeria, al ver cómo se marchaba, se sintió nerviosa, ya que el hecho de que ella no pudiera estar con Pietro nunca, no quería decir que no sentía algunas cosas en lo más profundo de su ser.
- Valeria… ¿Podemos hablar? – Pregunto Pietro con suma tranquilidad.
Valeria, un tanto incrédula, no podía decir que no.
- Sí, dime… - Dijo ella con un poco de preocupación.
- ¿Qué fuimos tú y yo? – Pregunto Pietro con curiosidad.
- ¿Por qué la pregunta? – Respondió Valeria un tanto sorprendida.
- Quiero ser completamente honesto contigo, he ido tratando de trazar mis recuerdos, he platicado con Celeste, con mi hijo, con Enzo, Paloma, Massimo e incluso con Marco, pero hay un único hueco que no he podido llenar. Ese hueco que aún está en el aire eres tú y ahora, aprovechando que estás aquí, quiero saber