El día del cumpleaños de la abuela Caterina había llegado, Pietro había revisado su agenda y podían salir desde el viernes para no ir con prisa.
El hombre, era consciente de que ya no podía manejar a exceso de velocidad, por lo que, alistaron maletas y Angostina les preparó una pequeña maleta llena de postres y fruta para el camino, Guadalupe no debía mal pasarse en su estado.
Guadalupe ese día se sentía un poco o muy nerviosa. Hoy la abuela se enteraría de que ellos habían comenzado una relación y no cualquier relación, ambos eran conscientes de que no era un noviazgo.
Ya estaban viviendo como una pareja, así que le ponía los nervios de punta, el solo pensar que tendrían que contarle todo a la abuela.
Pietro entró a la habitación y vio a Guadalupe parada frente a la ventana. Se veía perdida en sus pensamientos, así que no hizo más que llegar por detrás y darle un cálido abrazo.
- ¡Tranquila! ¡Todo saldrá bien! Ya verás que la abuela no tomara a mal nuestra relación, si lo hiciera que