Mientras tanto, en una de las habitaciones de la iglesia donde Aldo se arregló, se encontraban Pietro, Magnus y Massimo acompañando al chico, quien se veía imponente y seguro.
Él claramente sabía lo que esta vez iba a hacer, hace 6 años, se había casado, pero la situación había sido completamente diferente.
Hoy curiosamente lo acompañaban 3 generaciones de hombres, su padre, jovial y relajado, acomodándole el esmoquin, Massimo y Magnus, dando apoyo moral. Nada se parecía a lo vivido 6 años atrás.
Teodore y Ali se les unieron luego de llegar y buscar un lugar en la iglesia.
- Bien, ¿Cómo va todo? ¿Este jovencito piensa salir huyendo o qué? ¿Por qué todos los hombres Pellegrini están aquí? - Dijo Teodore con un extraño sentido del humor que no se veía todos los días.
- Hola, Teodore… - Dijo Pietro viendo a su amigo.
- Hola, Pietro… ¿Cómo está el flamante suegro? ¿Ya listo para acompañar a su hijo?
- ¡Por supuesto…!
- ¿Y tú para cuando, muchacho? ¿Ya tienes dos hijas y aún no fijas fecha