Valeria no lo decía, pero por todo lo que, en algún momento, le había contado Paloma, la misma Valeria se identificaba con Laura, muy joven, había tenido que madurar y tomar las riendas de su vida.
Sí, era cierto, ella tenía un padre rico, pero al final apenas era una jovencita que estaba comenzando a descubrir el mundo cuando se embarazó. Al final tuvo que asumir su responsabilidad al cien por ciento y volverse mujer y madre al mismo tiempo.
- Bien, hija, ¿ya tienes todo listo?
- Sí, ya tengo algo nuevo, algo usado, algo regalado y algo azul, ¡No falta nada! – Dijo Paloma, listando todo lo que debía llevar.
- Bueno, mis amores, pues es hora de salir para la iglesia, no queremos llegar tarde… Aunque deseara hacer sufrir un poco al novio, hoy no será el día… - Dijo Marco, saliendo de la habitación.
- Laura, y ¿Quién está cuidando a Adele?
- ¡Oh! Diana, Diana me ayudó a cuidar a Adele para que pudiera venir a ayudar a Paloma… - Dijo Laura con naturalidad.
- Diana es una buena chica… - Di