— ¡Querido padre! ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para volvernos a ver? – Dijo Franco hijo, al ver a su padre en el hospital.
— ¿Franco? ¿Franco eres tú? ¡Dios! ¡Dios es grande! ¡Mi hijo me ha salvado! – Dijo Franco padre derramando lágrimas y con voz entrecortada.
— Padre… Ni dios te va a salvar, no quería salvarte, pero la verdad es que en este momento me conviene tener que cuidar de ti. — Dijo Franco hijo de manera fría.
— ¿Qué quieres decir Franco? ¿Acaso no es suficiente lo que he vivido con Marco? – Dijo Franco padre al escuchar la voz de su hijo.
— ¡Tú te buscaste lo que estás viviendo! ¿Acaso olvidas que mataste a toda la familia de Marco? – Dijo Franco hijo seriamente.
— Va… ¿Ahora resulta que tú eres su vengador? – Dijo Franco padre sin un atisbo de remordimiento.
— ¿Ya vez lo que digo? – Dijo Franco hijo colocando su mano en la cabeza de su padre. — Ahora yo soy quien decide si vives o mueres. Ahora ya sabes que el día que necesites recordar por quien estás vivo, no será por M