Pietro había regresado a Eslovenia, claramente sabía el significado de las palabras de Massimo, no era tonto, desde que comenzó a recordar, su mente se encontraba hecha un caos. Debido a tantos problemas, unos ocasionados por él y otros totalmente fuera de sus manos, no tuvo tiempo para acudir al médico que le habían recomendado.
Todo ello estaba mermando su recuperación, su mente estaba atrofiándose entre el presente y el pasado, en ocasiones al despertar, claramente sentía que en sus brazos estaba Guadalupe, pero una punzada llegaba desde lo más profundo de sus entrañas, cuando descubría el rostro y el aroma de la mujer a su lado.
Aun así, él se esmeraba para que Celeste no se percatara de aquello, el se mostraba amoroso, atento y cariñoso con ella. Por lo que la mujer, a su lado, jamás imaginó todo el torbellino de emociones que el hombre a su lado estaba ocultando.
Por otro lado, quien también se hallaba preocupado, pero en este caso por Pietro, era Massimo, que sin pensarlo dos ve