Eran las 5:00 pm cuando aquella preciosa y pequeña novia iba del brazo de Antonio Moretti, aquel imponente hombre que hoy entregaba en el altar a Almendra Pastrana, la mujer de la vida y los sueños de Luciano.
Luego de que Luciano hablara con Antonio Moretti, el hombre no tardó ni un mes para traerlo de vuelta.
Aquellos momentos pasaban por la mente del joven mientras veía como la chica hacía su marcha nupcial hacia él, esbozando una enorme y bella sonrisa.
Algo tenía el embarazo, pero la chica que hoy se convertiría en su esposa, realmente lucía despampanante, lucía hermosa, su rostro mostraba un brillo especial.
Incluso Luciano podía decir que parecía un hada, si un hada. Ella había elegido un vestido blanco con motivos florales y aquello le resultaba curioso, ya que la chica prácticamente había optado por una temática llena de flores que le daban un aura de ensueño.
Magnus, encantado, había ofrecido su casa nuevamente para que otro de sus nietos contrajera matrimonio.
Almendra obvia