Luciano aparco el auto frente a la lujosa mansión de Leonardo, era un enorme palacio, más bien parecía un castillo, Paloma jamás había visto algo así frente a frente.
- ¡Bienvenida a casa Paloma! Espero que el viaje no haya sido cansado, Luciano insistía que primero nos tomáramos un café, en el lugar que te gusta, pero preferí algo más personal. – Dijo Leonardo esbozando una amplia sonrisa.
- ¿Usted es mi abuelo?
- Efectivamente mi niña, ¡Soy tu abuelo! ¡Soy tu familia!
- ¿Por qué me trajo a la fuerza?
- ¡No! Yo nunca utilizaría la fuerza para traerte, disculpa a mi hijo, pero tiene muy poca paciencia, eso desafortunadamente lo heredo de su padre. – Dijo Leonardo dirigiéndole una helada mirada.
- Padre, ella insiste en que es hija de Marco. Eso me saca de mis casillas, gracias a él estamos en esta situación.
- ¡Oh, Luciano! Es natural, es lo único que ha conocido, pero tarde o temprano Paloma, te darás cuenta de que él no es el único bueno en la historia.
- Bien, ya me tiene aquí, ento