—Te demoraste en contactarme, ¿eh? ¿Dónde has estado? Me pareces distinta de pronto —frunció el ceño Tristan al preguntarme.
Decidí encontrarme con Tristan. La noticia de mi matrimonio con Marcus ya se había difundido por la empresa, y no quería que Tristan se enterara por terceros; él es mi único amigo y necesitaba saber la verdad de mi boca. Fui a su oficina porque sabía que él también andaba ocupado. Tampoco quería quedarme en la empresa aquella mañana: pronto me trasladaría a la compañía de Marcus y no tenía mucho sentido quedarme allí por ahora. Mejor tomarme un respiro, porque en la oficina me ahogaba, y además no quería ver a papá.
—Tengo algo que decirte, Tri —le dije en serio.
Él arqueó la ceja, como intrigado por mi tono. —¿O...kay? ¿Qué pasa, Princesa? —preguntó.
Respiré hondo y le conté la verdad.
—Ya estoy casada con Lucien Marcus Halloway, Tri.
—¿Q-qué?! —sus ojos se abrieron de golpe y se levantó de la silla giratoria, llevándose la mano a la cintura, atónito.
—Lo sé, f