Me he sentido halagada con las palabras de Max, pero en el fondo no quiero estar en su fiesta, aunque me agrade la idea de poner celoso a James, la verdad que no me apetece tener sexo con otro hombre.
—¡Oye Max! Lo lamento pero lo he pensado y no creo que pueda aceptar tu invitación. Cuando llegue el día, verás tantas mujeres hermosas que no sabrás a quién elegir.
—Todavía falta un mes, piénsalo. Te aseguro que lo pasaremos genial.
—No lo dudo, pero de momento tengo que decirte que no.
—¡Me gusta lo difícil! —exclama, acercándose a mí—. Recuerda, quiero una gran fiesta, y el dinero no es ningún problema.
Será la mejor fiesta que haya montado en mi puñetera vida, y la ganancia será brutal. Tanto, que podré darle un buen regalo a todos mis trabajadores.
—Max, quiero darte las gracias por celebrar aquí tu fiesta. Te acompaño hasta la salida.
—Gracias a ti, me ha encantado verte —coloca su brazo en forma de jarra—. Por favor, agárrate a mí.
Entrelazamos nuestros brazos y bajamos las esca