Primera entrega de la trilogía "Tentaciones peligrosas". — Pequeña Eli, debes decidir entre vivir tranquila con el representante del FBI o vivir una vida de adrenalina con peligro al lado del narcotraficante — Menciono mi nona, colocándome en duda porque la decisión que tomara nos iba a afectar a todos. — Nona he decidido irme con... — Dije cerrando los ojos, mientras recordaba los momentos con cada uno. Elizabeth con solo 17 años ha tenido que vivir diferentes situaciones en su vida; después de descubrir una carta donde se relata el verdadero motivo de la muerte de su madre. En medio de eso, termina envuelta en un mundo de modelaje, comunicación social, casos policiales, mundo lobuno y el narcotráfico. Elizabeth tiene un propósito encerrar al mafioso más peligroso de Colombia por medio del poder de la seducción; colocando en riesgo todo lo que tiene estable; ya que la única condición es que está prohibido enamorarse del mafioso. Si llegase a romper esa condición la única alternativa para salir de ese triángulo amoroso se encontraría en el mundo mágico de los Alphas, betas & omegas donde la vida es diferente a lo que se está acostumbrado en el mundo humano.
Ler maisÉpoca actual…
— ¿Estás segura de esta decisión? — Preguntó Álvaro con temor a que nos descubrieran, igual tenía más que perder.
— Si, huiré con mis hijos al lado tuyo porque al final me enamoré de lo prohibido… — Confesé brindando una sonrisa tierna, pero a la vez llena de inseguridades; no sólo arriesgaba mi vida si no también la de mis dos pequeños hijos; además él no sabía la última noticia.
— Jefe debemos irnos, la policía viene por nosotros — Gritaron desde afuera su guardia de seguridad, quien me miraba con menosprecio ya que nunca fui ni seré de su agrado.
— Vámonos entonces… — Pronunció Álvaro cogiendo de mi mano para dirigirnos hacia la camioneta blindada que tenía; había logrado entrar los dos pequeños niños cuando iniciaron a sonar los balazos, nos habían alcanzado donde solo coloque mis manos sobre mi abdomen mientras Álvaro me agachaba, nos estaban apuntando cada vez más.
— ¿Sobreviviremos de esta? — Pregunte con temor, mientras sentía como un impacto de bala había llegado; sin poder diferenciar si había sido para mí o para Álvaro.
Hace seis años….
Me encontraba en el colegio prestando atención a cuantos pájaros pasaban por la ventana, debido a que me encontraba aburrida en la clase. Hoy era de esos días que odiaba con todo su corazón, porque se cumplían 13 años desde que mi madre había fallecido, me habían dicho que había sido una gran mujer, digna de admirar de la cual no tenía recuerdos, si no sombras debido a que me encontraba muy pequeña en ese momento. Aunque, su padre intentó dar todo por mí y ser su apoyo, igual nada podía reemplazarla además que su nona casi no compartía conmigo, para evitar problemas con mi padre quien llevaba una mala relación con los padres de mi madre.
Sonó el timbre, dando a entender que había finalizado la jornada donde suspiré, era momento de salir donde corrí hacia el autobús para poder ir al cementerio donde se encontraba mi madre. La tumba tenía reteñido diferentes flores alrededor de su nombre, tenía una foto de ella joven era la única forma de tener un cuerpo en su mente, aunque no fuera lo mismo. Me arrodille ante la tumba, dejando unas flores rojas mientras mis lágrimas caían con rapidez no podía creer porque Dios se había llevado a mi madre en medio de una enfermedad, si ella era un ángel de luz. Hable con la tumba de mi madre donde sentía que ella me escuchaba, contándole que dentro de poco cumpliría los 18 años para poder estudiar, aunque todavía no me decidía que iba a ser de mi vida y esperaba que fuera un ángel guardián que me guiara. A la media hora, me levanté y me dirigí hacia mi casa donde entre y llamé a mi padre, quien no contestó. No estaba definitivamente, se había dado cuenta así que decidí ir al sótano porque allí se encontraban todas las reliquias viejas, pero prefería no entrar, solo que debía ir por un trofeo de sirena que había ganado mi madre; quería limpiarlo y ponerlo en su pieza sintiéndome cada vez más cerca de ella.
Sin embargo, cuando cogí el trofeo de sirena se cayó de al lado una pequeña caja de cerámica que había color verde claro; la cual se rompió y me dio miedo, miedo que mi padre se diera cuenta que estaba abajo, así que decidió agacharse a recoger los pedazos con cuidado mientras las colocaba en la sabana que estaba tirada en el suelo llena de polvo; pero al visualizar el cofre me dio cuenta que dentro de ella había una carta arrugada con polvo y que no había sido abierta ¿que era esto? no entendía; así que decidí abrirla para leerla en mi habitación, encerrada con nervios.
"Nunca había imaginado que iba a llegar a mi vida una persona como tú, una persona que me hizo ver el cielo, pero a la vez el infierno.
Siempre tuve una vida normal con unos padres sobreprotectores, viviendo una rutina diaria del colegio a la casa y viceversa, pensando en cómo la vida se había empeñado en dejarme sola y como nunca merecía amar de verdad.
Pero llegaste tú, el que me lleno de ilusiones, pero a la final me rompió en mil pedazos, como me iba a imaginar que una persona tan magnífica con unos sentimientos tan bellos, con una vida tan perfecta con tantos sueños, iba a ser una persona llena de rencores, de odio y que no te iba a importar que me entregara a ti, que luchará por el amor, que pasara por encima sobre todo solo por tu amor, pero a la final ¿que recibí de recompensa? Un corazón roto, un alma vacía, una cicatriz y una muerte fija.
Recuerdo ese día en el que te conocí.... ese día eras novio de mi mejor amiga, hacían la pareja perfecta siempre lo pensé y siempre lo pensaré a pesar de que me elegiste a mi sobre encima de ella. Tú eras el hombre perfecto para mis sueños, cabello negro, tez blanca con mirada gris, cuerpo de atleta y una sonrisa implacable que me hacía volar al clímax, mientras que mi amiga tenía el cabello café, con una mirada verde, pecas en los alrededores de la nariz y un cuerpo tipo pera, es decir, pequeña cintura, moderados senos, cadera ancha y unas buenas piernas.
No la pasábamos los cuatro de un lado para el otro, éramos felices compartiendo sin pensar que llegaría el día que nos tendríamos que separar y tomar caminos distintos. Mi mejor amiga se llamaba Sarahi por si no te acuerdas. Era hermosa realmente, siempre le tuve un poco de envidia, pero en especial por esos ojos verdes que hipnotizan y esa forma de ser de ella tan única; mientras que tú eras el hombre que siempre habíamos deseado mi mejor amiga y yo.
Nosotras fuimos amigas desde pequeñas, ella era la que me defendía de la gente abusiva de este mundo y por eso le debo mi vida; a pesar de haberla traicionado por amor. Tú eras nuestro estereotipo de hombre perfecto; pero al final ella te consiguió primero que yo y por eso yo tuve que agachar la cabeza y desearles la mejor felicidad.
Un día mi mejor amiga llego a mi llorando contándome como tú le habías roto el corazón habiendo terminado con ella y sin darle un porque justificado, tuve que consolarla hasta que se pudiera calmar y ese día pensé que el amor era un arma de doble filo mientras te hace feliz te apuñala por detrás causándote una gran tristeza a futuro, pasando los meses fue que tú te me declaraste y me confirmaste por qué habías terminado con mi mejor amiga.... por mi culpa.
Lo sospeche desde ese día en la fiesta que me robaste un beso, pero tenía la duda ya que ese día no estabas en los cinco sentidos y ahora resulta que de un momento a otro pase a ser alguien importante en tu vida, a pesar de que no la pasábamos juntos siempre eras tú con mi mejor amiga y yo con Samuel nuestro otro amigo; pero recuerdo perfectamente el día que te me declaraste y las palabras exactas que usaste:
— "Angie te amo, no puedo seguir ocultando lo que siento por ti" — Me dijiste de repente mientras nos dirigíamos hacia mi casa.
— ¿Qué? — Pregunte sorprendida volteándolo a ver mientras me sonrojaba, esto tenía que ser un sueño.
— Lo que oíste Angie. ¿Quieres ser mi novia sin importar los demás, ni siquiera Sarahi? — Me preguntaste mientras te acercabas poco a poco, a darnos nuestro primer beso realmente.
Ese día tuve mucho miedo por la reacción de mi mejor amiga al saber que yo había aceptado tus sentimientos y aparte había sacado a la luz lo que sentía desde hace tres años por ti; ya que lo tenía oculto por no hacerle daño a mi mejor amiga, porque ella llegó primero a tu vida.
Sentía que estaba traicionando a mi mejor amiga, pero a la vez sentía el cielo en mis manos ya que nuestros sentimientos eran mutuos.
Nunca podré olvidar el día que peleé con mi mejor amiga; recuerdo muy bien lo que me dijo: "Eres lo peor que llego a mi vida, ojalá nunca me hubiera acercado a ti y hubiera tenido compasión por ti, te di mi mano, ¿y qué hiciste? ... me traicionaste, te odio."
A pesar de eso contigo aprendí muchas cosas ya sean buenas o malas, recuerdo todas esas veces que nos escapamos del colegio juntos porque mis padres no te aceptaban en la familia decían que eras mi perdición y no se equivocaron en eso.
Por ti me quedé sin mejor amiga y sin Samuel, ya que ella nunca pudo perdonarme el haberme metido en el corazón de su novio sin habérmelo propuesto y Samuel... ¡Ay Samuel! Tú estabas enamorado de mí y yo te rechacé por él, no sabes las consecuencias que tuve por haberlo elegido a él sobre encima de ti; aunque siempre lo diré él fue ¡mi maravilloso error! Así me haya destruido completamente.
Recordar todas las travesuras que hicimos; hace que me de nostalgia por saber que no volverán esos tiempos nunca más, hiciste que me transformara por completo pasar de ser una chica ingenua y respetuosa con su familia, a ser alguien rebelde y desleal.
Recuerdo todas las veces que nos fuimos a pasear en tu moto cuando venias silenciosamente a mi casa a recogerme y que naufragamos en medio de la noche; aunque casi siempre llegaba con un castigo encima de mis padres no me importaba ya que era feliz al lado tuyo y era lo único que me importaba.
Hasta una vez decidimos que en vez de irnos; quedarnos a dormir juntos en mi habitación, pero ese día fue épico ya que tuviste que esconderte debajo de la cama porque mi padre había llegado a la habitación a confirmar que todavía estuviera por ahí, casi me da un infarto cuando quiso mirar debajo de la cama, pero mi madre lo llamo a tiempo para no descubrirnos.
Cuando se fue mi padre saliste de debajo de la cama, pero primero tenías que pegarte en la cabeza para hacerme reír como siempre, nos besamos de una forma tan apasionada que pensé que iba a ser el día en que nos entregaríamos mutuamente pero no fue así, dormimos como dos enamorados sin necesidad de tener sexo.
Recuerdo la primera vez que hicimos el amor... fue en medio de la playa adornada por todo tipo de cosas que pudieras encontrar como la estrella de mar que te atreviste a sacar, parecías un loco total....
— ¡Angie!, mira lo que me encontré — Me decías mientras me mostrabas con tu mano levantada la estrella de mar que habías sacado con una sonrisa de esas perfectas que tú sabías dar.
— ¿De dónde sacaste eso? ¿Estás loco, ¿verdad? — Pregunte completamente sorprendida.
— Estoy loco por ti Angie, quiero que seas mía — Me preguntaste seriamente y ese día decidí hacerte caso y ser tuya completamente por primera vez.
Ese día fue el más espectacular para mi me trataste como toda una reina, como si fuera lo más apreciado en tu vida y eso si te lo agradezco ya que fue mi primera vez, decidí dártela a ti porque creí que eras el hombre correcto e ideal para mi vida, creí que contigo podría construir una familia... aunque casi la construimos.
Recuerdo ese día con claridad como si hubiera sido ayer, llegaste a media noche a la casa borracho ya que me habían echado de mi casa por haber quedado embarazada de ti, mi familia decidió abandonarme en el momento más importante de mi vida.
....
— Papá, mamá tengo que contarles algo realmente importante — Ordenaba con voz seria, pero a la vez temblando; en medio de la mesa mientras estábamos comiendo para irnos a dormir.
— Dime hija. ¿Qué pasó? — Preguntaba mi madre brindándome esas sonrisas como siempre.
— Es algo muy delicado, por favor no se vayan a alterar — Empezaba a arrepentirme de decirlo, era mejor ocultarlo, ¿no? Pensé en ese momento.
— Suéltalo ya hija, me estas preocupando — Comentaba mi padre parando de comer en ese momento.
— Papá, mamá... Estoy embarazada — Recuerdo muy bien que lo decía; mientras cerraba mis ojos con fuerza y apretaba ambas manos de los nervios.
— ¿QUE? Dime que es broma hija — Preguntaba mi madre impaciente y con nervios.
— No, no lo es mamá — Respondí en ese momento mientras la miraba con lágrimas en los ojos.
— ¿De quién es? — Hablaba por primera vez mi padre, quieto como una estatua.
— De Andrés, mi novio — Respondía con nervios.
— Dile a ese muchacho que se haga cargo de ti y del bebe, desde este momento dejaste de ser mi hija y no te quiero ver mañana en esta casa — Comentaba mientras se iba colocando de pie y miraba a mi madre intimidándola a no desobedecerlo, yéndose sin dejarme hablar y dejándome sola.
— Lo siento, hija — Fue lo único que dijo mi madre antes de levantarse de la mesa y dejarme sola en el comedor familiar.
…
Me desperté con dolor de cabeza debido a las cuatro botellas que me había tomado, sentía que todo me daba vueltas y tenía ganas de vomitar, observé el reloj dándome cuenta que eran más de las dos de la tarde. Sonó el timbre, donde lo tocaban desesperados causando más estrés, decidí mirar por el huequito de la puerta para ver qué se trataba de Sirena, así que di media vuelta devolviéndome al sofá mientras terminaba de quemar el timbre porque no le abriría, no quería ver a la causante de mi desgracia y menos que me viera de esta forma, dándole gusto de verme destruido por eso mismo volví a cerrar los ojos, intentando quedarme dormido mientras sonaba el timbre. Funcionó, porque volví a despertarme cuando sentí el timbre sonar nuevamente maldiciendo su presencia, así que grite que ya iba a abrir cayendo en cuenta que era de noche; iba a maldecirla quedándome callado, abriendo los ojos cuando me di cuenta que no era Sirena esta vez si no Marina quien venía a verme, sintiéndome apenado por
Salí de la oficina echa chispas, no podía creer todo lo que había sucedido y peor que la víbora se haya atrevido a decirme que la acompañara en la boda, sentía un dolor de cabeza debido a la situación que cogí mi bolso y me fui sin ni siquiera despedirme de mi amiga. Iba bajando, cuando recibí una llamada de Martin diciéndome que había llegado, debía tranquilizarme porque no podía mostrarle mis verdaderos sentimientos; ya que no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo. Baje, lo abrace y le di la mano mientras caminábamos en medio del frío hacia un parque cercano, donde íbamos a comer helado y me hablaría sobre sus proyectos a futuro porque quería progresar cada día más. — ¿Cómo te fue en el trabajo? — Pregunto, donde interiormente estaba que explotaba —, Me alegra haberte visto, siento que mis días son más tranquilos con tu presencia — Susurro ganándose una sonrisa, por ser tan bello conmigo. — Bien, mi jefe anunció su matrimonio y nos toca asistir — Dije intentando no sonar tosc
Me odiaba eternamente, por causarle daño a las dos mujeres más importantes de mi vida aparte de mi madre. Ambas se encontraban en el anuncio oficial, donde se manifestó el matrimonio con Sirena siendo en una semana para que nos pudiera dar el préstamo necesario, no solo eso, sino que pidió el puesto de vicepresidente a cambio del embarazo de Samantha, odiándola con todo mi corazón. Ver la cara de tristeza de Samantha y de Marina mientras se daba la noticia, terminó de romper mi corazón desviando la mirada no logrando verlas con valentía, porque al final las había lastimado. Por eso mismo, le pedí a Marina que entrara a mi oficina donde quería pedirle disculpas, pero Sirena se entrometió antes de tiempo, donde la invitaba especialmente al matrimonio mostrándome sus niveles de maldad.— ¿A que entraste? creo que ya había quedado todo claro — Mencione mirándola fijamente —, Tu puesto queda en la otra oficina, no te puedes acostumbrar a entrar cuando desees — Afirme cruzando los brazos, m
Me despedí de Martin después de presentarlo ante mi familia, donde no se podía negar la felicidad que cargaba porque había logrado entrar en mi vida; no podía negar que también la sentía pero al mismo tiempo nostalgia porque finalmente estaba enamorada era de mi jefe pero tenía que ser consciente que pronto llegaría su matrimonio, el cual no dejaría tirado ni siquiera por mí por el simple hecho de que ese casamiento dependiendo de su empresa y su padre, donde la familia era lo más importante y eso sí que lo tenía más que claro. Además, con mis padres aprendí que si alguien estaba destinado para ti de una u otra forma estaría en ella, así fuera ahorita o en unos años así que no debía preocuparme si no conocer gente, salir adelante pero especialmente perseguir mis propios sueños. Me dirigí hacia mi habitación, acostándome a dormir esperando que no hubiera cuestionamientos por parte de mi familia; especialmente de mi madre quien me había visto llorar por otro hombre donde pensara que d
Salimos con Samantha del hospital cuando nos manifestaron que todo se encontraba bien tanto con el bebé como con ella, nos montamos al vehículo prometiendo que no habría más alcohol en nuestra piel mientras nos dirigimos hacia su casa para dejarla; al llegar me invitó a entrar dónde no pude negarme y menos teniendo una parte de mi adentro suyo; porque sabía que ella no tenía necesidad de mentirme ni de meterme un bebe por hacerlo. Decidí que se acostara en la cama, mientras hacía el almuerzo preparando un rico sudado de pollo, porque sabía que era su favorito. Sabíamos que debíamos tener precaución, dónde no podría estar constante en el gimnasio como estaba acostumbrada; no solo eso si no tendría que estar relajada porque me preocupaba que la situación familiar que estaba pasando llegará a afectar la salud del bebé. Era extraña la situación, no me imaginaba ser padre tan pronto, menos de mi mejor amiga y menos por fuera de un matrimonio sólido, pero tampoco podía abandonarla no pedir
Mi madre fue mi gran apoyo, dónde me estuvo consintiendo mientras me quedaba dormida en medio de las lágrimas; agradeciendo por ser parte de mi vida desde siempre sin abandonarme a pesar de no ser una hija biológica. Al siguiente día, me levanté siguiendo mi rutina diaria con la resignación de que debo ver a mi jefe desde lejos, porque no había vuelta atrás con nuestra decisión porque lo mejor era estar lejos. Así sucedió varios días, hasta que llegó el fin de semana donde descansaría y estaría lejos de su lado al menos unos días mientras decidía qué hacer eternamente con mi vida. — ¿Vamos a salir? — Pregunte hacia Angie quien me sonrió —, Mira que me siento estresada, aunque la que debería estar así eres tú — Manifesté refiriéndome al proceso de parto y nacimiento, siendo una etapa muy bella en la vida, aunque al mismo tiempo difícil porque era una vida la que estaba en medio, compartiendo y al lado de uno al menos mientras fuera menor de edad, dependiendo de los pilares y valores qu
Último capítulo