Capitulo 3 ´´Fabio´´

"Fabio" ese nombre de pronto apareció en su mente y todos los recuerdos de la noche pasada, sus manos, sus besos y sus caricias como recorrían su cuerpo. Se estremeció solo pensar de sentir aquello tan íntimo de nuevo; pero sin duda tal vez nunca lo volviera a ver, aquello tal vez sería lo mejor. Le evitaría la vergüenza de verlo a la cara, jamás había hecho algo como aquello, todos los hombres con los que se había acostado habían sido sus novios, durante la mayor parte de su adolescencia y años después Ricardo, sólo recordarlo provocaba que el malestar aumentara, enrolló la sábana en su cuerpo cubriendo su desnudez, buscó en la habitación su ropa hasta encontrarla, pero no había rastro de su ropa interior, con vergüenza se vistió con una camisa que halló al lado de la mesa de noche, sus mejillas se tiñeron de un fuerte rosa. 

Salió de la habitación en pequeños pasos, mirando así los lados, camino hasta llegar a lo que parecía una sala, tenía que marcharse antes que alguien la viera. Y probablemente no quería encontrase con Fabio.

—¡Buenos días, señorita! — pegó un grito asustada, por un momento pensó que no había nadie en el apartamento—¿Buscaba esto? — preguntó la señora mayor, sosteniendo en el aire lo que parecía su ropa interior y su vestido—. No suelo recoger muchas de estas por las mañanas, pero sin duda tiene buen gusto, por cierto, ya están limpias y secas puede cambiarse si gusta—alabó la anciana.

—¿Esos son mis?— titubeó avergonzado ante el tono juguetón de la señora, era una situación que jamás pensó que viviría.

—Sus bragas y sostén, señorita— digo con tono burlón, ante la cara sonrojada de la señorita.

—Creo que mejor yo... me iré— dijo mientras buscaba con la mirada desesperada la puerta—. Nos vemos...

—No piensa llevarse su ropa, al menos que quiera volver para regresar la camisa— preguntó, aunque Cecilia se sintió mal por burlarse de aquella mujer, pero jamás imagino que en el primer día de vuelta a Alemania empezará a ser todo un playboy.

Leah caminó rápidamente hasta donde se encontraba Cecilia, tomó sus cosas, retrocedió tropezando con la pequeña gaveta haciendo que cayera de culo, quería que la tierra se la tragara y apareciera en su casa. Cecilia intentó ayudarla, pero avergonzada con su cabeza, se negó fuertemente a que la ayudara y retrocedió rápidamente sobre el piso, se levantó tropezando con sus pies.

—¡Gracias! Adiós, yo lo siento por... este desastre — fue lo último que dijo antes de correr buscando una habitación para ponerse rápidamente el vestido y sus bragas, gracias a Dios la camisa era lo suficientemente oscura para que no viera nada. Se despido una vez más y tomo su cartera para marcharse.

Cecilia se encogió de hombros, y con una sonrisa graciosa dijo en voz alta: 

—Y yo pensaba brindarle el desayuno.

Al llegar al lobby pidió un taxi lo más rápido posible esperaba no encontrarse con él; subió al taxi y se marchó esperándolo no volverlo a ver. Mientras encendía su teléfono tenía varios mensajes de su jefe.

Chat

Señor D: Espero que te diviertas, te mando esta cita en un exclusivo spa. Ya he pagado, no te atrevas a no ir, es una orden. Espero que hayas disfrutado tu noche, te veré luego y nada de correos, por cierto, iré a despedir a mi nieto al aeropuerto… será la próxima que te lo presente.

Leah sonrió leyendo el mensaje de su jefe sin duda el señor Damián era una gran persona y estaba totalmente agradecida con él, envió una carita sonriente para luego guardar su teléfono, abrió la ventanilla del auto sintiendo la brisa fría de la mañana en su rostro una felicidad grandiosa, hacía mucho tiempo que no se emocionaba de esa manera o esa complicidad y descubrir aquello le hizo carcajearse.

—Gracias Fabio por la mejor noche de mi vida.

Fabio observó como la chica se marchaba pensó que luego de despertarse y ver tanto lujo esperaría por él, de todas maneras, esperaba no volverla a ver. Su teléfono sonó mostrando un mensaje de su abuelo. Había tenido que escribirle que tenía que devolverse a Inglaterra de emergencia por unos problemas relacionados con algunos proyectos. 

Abuelo: Nos vemos en media hora, no te vayas sin despedirte… si no te dejare sin herencia.

Fabio: Abuelo, más bien no llegues tarde no perderé el vuelo por tu culpa.

Abuelo: Tu, pequeño mocoso, cuida tu lenguaje con tu abuelo.

Se reunieron en el aeropuerto esperando que saliera el vuelo, Damián estaba un poco triste que su nieto no pudiera conocer a Leah, era una gran pena sabía que ambos se llevarían muy bien.

—Es una pena, me hubiera gustado que la conocieras— dijo con pesar al momento que se estaban despidiendo.

—La conoceré luego, solo me iré seis meses y luego volveré… seguro que nos conoceremos en algún punto. 

Así el tiempo fue pasando y los seis meses se convirtieron en seis largos años, pero fruto de aquella noche, había recibido un motivo de alegrías, una hermoso niño quien se convirtio en su luz en aquellos momentos dificiles, aunque al principio se había deprimido por todos los problemas sin duda saber que tendría a alguien a quien proteger y amar incondicionalmente; y fue bendecida con el nombre de Fabiano. Ese día que luego de varias horas pujando y dando todo de si, sintiendo un dolor intenso que luego desaparicio al tenerlo entre sus brazos, nació su estrella para alumbrar su vida entera.

—Bienvenido pequeño.

En ese momento Leah no pudo evitar pensar en aquel hombre, Fabio, ¿Dónde estaría? ¿Qué habrá sucedido con él? Esperaba algún día volver a verlo. Al menos para despedirse. Sonrio pensando que solo habia deseado una noche para olvidar y ahora tendria a alguien con quien estuviera conectado por toda la vida, los cambios drastricos que habia tenido ese dia.

Un llanto sono en la habitacion y el pequeño se movia desesperado buscando alimento.

—¿Tienes hambre?

Sonrió y con ayuda de la enfermera lo coloco contra su pecho, para que amantara, al principio se sintió un poco doloroso pero aquello la lleno de un inmenso amor incondicional.

—Mami, promete que siempre te protegere. 

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