Capítulo 57.
Jack.
El príncipe Jack del Este.
El mismo que había sido mi primer amor desde que apenas sabía amarrarme sola las trenzas.
El mismo que, en mi cumpleaños número dieciséis, encontré en la cama con más lobas de las que pude contar, destrozándome el corazón frente a los ojos de medio reino.
El mejor amigo de mis hermanos mayores.
El hijo de la legendaria tía Savannah, esa pelirroja que todos respetaban, que podía sanar con una mano y matar con la otra.
Y, por supuesto, el único hombre que yo había jurado no volver a ver en mi vida.
Tragué saliva, doblando con cuidado la carta del mensajero para que Erick no notara el ligero temblor en mis dedos.
—¿Y cuándo llega el barco? —pregunté con una calma que no sentía.
—Antes del anochecer —contestó él, observándome con cautela—. ¿Quieres que los reciba yo? Hale también se ha ofrecido. De hecho, en este instante está afilando su espada.
Negué despacio.
—No. Yo esperaré a nuestros hermanos en el muelle.
Me vestí con pant