—¡Cuñada!
El doctor Harris casi salió corriendo en cuanto vio el coche de Livia. Detrás de él venían dos ginecólogos que ya la conocían.
Dios, ¿qué es esto? ¿Por qué me reciben así?
—Doctor, ¿cómo está? No hacía falta que me recibiera de esta forma.
—¡Cuñada, es que usted es la esposa del dueño del hospital!
Livia casi le tapa la boca allí mismo. Sus palabras fueron como una bomba cayendo justo frente a Kylie.
¡El dueño del hospital era el señor Alexander!
—¡Oye! —exclamó Harris de repente, fijándose en la joven junto a Livia—. ¿No eres tú la cita de Brown? ¿Qué haces aquí? —preguntó con un tono de desprecio, incapaz de aceptar que aquel hombre le hubiera superado.
—¿Se conocen? —preguntó Livia con naturalidad mientras entraba al hospital, sosteniendo la mano de Kylie—. Ella es Kylie Johnson, reemplazará a Leela.
—Ya veo —Harris soltó una risa sarcástica—. ¡Ese idiota de Brown! Lo vi el otro día en el café de Brian, y me dijo que estaba en una cita con esta jovencita. ¡Ja!
Por dentro,