La noticia de que Brown había adelantado su boda ya se había extendido por toda la casa principal. No solo Harris y Kevin andaban corriendo de un lado a otro; incluso Jenny y Sophia estaban tan ocupadas que cualquiera habría pensado que las que se casaban eran ellas.

Por suerte, Brown se había encargado personalmente de los atuendos formales de la familia Alexander, lo que alivió bastante la carga de todos.

Y todo había cambiado por una sola palabra del señor Alexander: “Hmm.”

Aquella tarde, en el jardín de la casa principal—

Livia acababa de terminar de pasear a Davina, acompañada por Maya y la niñera. Charlaban mientras mostraban a la bebé las flores y los árboles, dejándola disfrutar del aire fresco.

Un coche entró en el patio. Claudia bajó del vehículo, con el cansancio reflejado en cada movimiento.

‘Pobre chica, seguro ha estado trabajando todo el día’, pensó Livia al verla. Recordó aquellos tiempos en que su propia tienda estaba llena de pedidos, empacando hasta altas horas de l