Especial Cap. 42
En cierto momento, Brown se encontraba frente al señor Alexander, quien miraba fijamente la pantalla de su teléfono. Damian estaba sentado en su escritorio, acababa de terminar su trabajo. Lo que Brown estaba a punto de decir podía cambiar el rumbo de su futuro, y no podía ocultar la ansiedad en su rostro.
—Señor, hay algo de lo que me gustaría hablar —empezó Brown con cautela.
—Hm —Damian levantó ligeramente la mano, indicándole que continuara.
Los ojos del señor Alexander no se apartaban del teléfono. Estaba mirando fotos de la pequeña Davina, enviadas por su querida esposa. Sus dedos se movieron sobre la pantalla mientras escribía:
[Envíame fotos de la madre de Davina también. No solo de la hija. Quiero a la madre también.]
Sonrió para sí mismo, esperando ver qué fotos le mandaría Livia a continuación.
Cuando llegó un nuevo lote de imágenes, los labios de Damian se curvaron en una sonrisa suave. En una de ellas, Livia guiñaba un ojo juguetonamente a la cámara.
—Adorable —murmuró pa