Livia caminó despacio hacia la cama.
Damian ya yacía bajo la manta. No dijo una palabra.
'Seguro que solo está bluffeando. No puede ser que quiera acostarse conmigo. O sea... que me joda. Obviamente no le gusto.' Livia se quedó quieta, cuidando de no hacer ruido.
Solo tenía que hacerse la pequeña y esperar a que él se durmiera.
—¿Olvidaste lo que dije antes? —la voz de Damian cortó el silencio justo cuando Livia se acostó a su lado. Él pateó la manta, dejándola caer al suelo.
Entonces, su pierna se movió: la derecha presionando con fuerza sobre la de ella.
—Dije que te desgarraría. ¿Estás lista?
Nadie podía ver lo pálido que se había vuelto el rostro de Livia. Sus dedos temblaban en el borde de la cama mientras intentaba mover las piernas. Pero no tenía fuerza contra él. Damian no se movía.
Cuanto más forcejeaba, más presión aplicaba él.
—Cariño, lo siento. Perdona mi error —dijo Livia en voz baja, con un tono sumiso, impecable. Sus dotes de actriz se afilaban día a día.
—Estuvo mal q