En el baño, poco después de que Damian saliera dando un portazo tan fuerte que podría haberle provocado un infarto a cualquiera, entraron dos doncellas. Una de ellas era Maya, con quien Livia tenía algo de confianza.
Maya le frotaba la espalda mientras la otra doncella recortaba y limpiaba sus uñas.
Livia permanecía en silencio, dejándolas trabajar. Aunque aquel servicio parecía excesivo, no tenía fuerzas para cuestionarlo.
Inspiró despacio, intentando asimilar todo lo que acababa de pasar.
¿Qué había enfurecido tanto a Damian? Él había mencionado el divorcio antes. ¿Cómo lo sabía, si no era por Brown? Maldito asistente.
Dijo que quiere destrozarme. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?
¿Primera noche…? ¿Debo acostarme con él? Claramente no le gusto. ¿Es esta su forma de castigarme por siquiera pensar en dejarlo?
Sabía que el contrato solo podía romperlo Damian. No importaba lo que ella dijera, no tenía margen de maniobra. Si lo complacía como debía, él había prometido dejar a su famil