Quiero hablar con ella, y no quiero esperar hasta mañana. ¡Tiene que ser hoy!
Pedro salió del estudio y llamó a Mary. Quería preguntarle si estaba dispuesta a encontrarse con Isabel esa misma tarde, a lo que ella accedió. Juliana y Pedro estaban ansiosos por este momento. Mary, en cambio, estaba muy nerviosa. Ver a su hija después de más de 16 años era su mayor anhelo, pero temía su reacción. Pedro fue al hotel a buscar a su madre y pronto llegaron a la mansión. Al entrar, Mary notó la opulencia con la que su hija había crecido; estaba claro que no le habían faltado bienes materiales. Sin embargo, se preguntaba si le habrían inculcado buenos valores y costumbres.
Una persona del servicio invitó a Mary a pasar al estudio. Juliana, acompañada de su bebé, se acercó a saludarla. Cuando Isabel entró, Mary estaba de espaldas. Al sentir su presencia, se dio la vuelta. Madre e hija se encontraron frente a frente. Isabel notó de inmediato el parecido entre ambas.
—Mi nombre es Isabel Martín, m