- Está despertando. - Rosseta escuchó una voz muy a lo lejos, parecía que cada vez se aclaraba más a medida que reaccionaba y sus ojos se abrían poco a poco. Lo primero que vio fue un par de siluetas borrosa que poco a poco se iba aclararando.
Eran elfos con cabellos totalmente blancos al igual que las vestimentas que utilizaban. De orejas puntiagudas, ojos rasgados azules y perfil refinado. Ellos representaban al invierno.
- ¿Te encuentras bien? - preguntó una voz de mujer ya mayor. Se acercó a ella y retiró un pequeño trapo que cubría la frente de Rosseta.
- Si. - respondió débil. Levantó su cuerpo muy despacio, sintiendo algunos mareos, observó a los alrededores y no vio por ningún lado a Albuz. - ¿Dónde está el amo Albuz? - preguntó con voz preocupada.
- Niña, tranquilízate. - dijo la Mayor y obligó a que se recostara, todavía tenía algunas quemaduras provocadas por el metal que marcaron su piel.
Rosseta hizo caso y regreso a la cama, después que se