55
Izan estaciona el BMW delante de mí, Hiraku abre la puerta con manos agitadas y me tira dentro. Ambos miramos hacia atrás. El rubio maneja a toda velocidad.
—¡¿Fue Woods?! —pregunto. Izan golpea el volante.
—¡Maldito hijo de puta! ¡Maldito! ¡Maldito! Te iba a matar… —grita con desespero. —No se lo voy a perdonar, él… —deja de hablar. Mi pecho sube y baja.
Hiraku sostiene mi mano y se la arrebato, estoy en la parte trasera del coche y sin dudarlo me voy hacia adelante, el italiano me mira y sonríe—¿Estás bien amor? —asiento.
—¿Tú estas bien?
—Porque tú estas bien, yo lo estoy—le sonrío con debilidad. Hiraku no deja de mirarnos.
Izan parquea el coche en la entrada de la mansión de mi familia, bajo del coche a toda prisa, Hiraku abre la puerta y corre hasta el porche pidiendo ayuda. Mi madre sale alterada. Akim nos mira con las cejas fruncidas. Zeus junto a Hades bajan las escaleras y se asustan apenas nos ven.
Las camionetas de papá estacionan, Miguel guarda su arma mientras que solo