47
Una mujer asiática con vestido tradicional japonés, nos trae algo de comer, Izan chasquea la lengua molesto. En sus ojos puedo ver el dolor de haber perdido a alguien importante. Se levanta de la mesa con brusquedad y camina hacia el balcón.
Me levanto detrás de él, lo veo aferrar con fuerza las barandas de protección, las lágrimas ruedan por sus mejillas hasta llegar al suelo. Apenas se da cuenta de mi presencia, limpia su rostro con rapidez.
—¿Qué haces aquí Elle? —parpadeo, Izan se ha dado cuenta que ha sido grosero—Amor, yo lo siento…. No quise pero es que… ¿Por qué todos los que quiero se van?—abro los ojos.
Los dedos de mis manos tiemblan—¿La amabas? —me mira y agacha la cabeza.
Si, aún amaba a Fleur.
Una pulsada de celos se apodera de mi cuerpo, me echo hacia atrás cuando intenta