Lauren.—Sí, ¿pero por qué sentí la necesidad tan abrumadora de advertírselo? —cuestiono a mi terapeuta, Arleth—. Ha pasado casi una semana, y cuando pienso en decirle a Christian simplemente no puedo.Arleth me examina desde nuestra llamada en la laptop.—Puede ser porque tienes miedo de que Christian, ya que es tu novio, se vaya a preocupar demasiado al punto de querer convencerte de que renuncies; y como me has dicho, no quieres renunciar.—No lo haré. Prefiero estar allí y asegurarme mientras pueda de que no harán nada malo en contra de los Sinclair o los Smith.—Claro… ¿Entonces se lo dijiste a este otro hombre porque…?—Porque no le importo a Kenneth, pero aun así me importa el legado de su familia —suelto finalmente, sintiéndome liberada.Arleth sonríe.—Ahora dime, Lauren. Me dijiste rápidamente que viste su anillo de compromiso, ¿cómo te hizo sentir eso?Tan solo recordarlo, me dan ganas de vomitar. En el momento en que su mano tocó la mía pude ver su anillo. Pero me tomó sol
Lauren.—¿Cómo obtuvo esto y cómo sabe en dónde vivo? —cuestiono, aturdida aún con su presencia aquí.No entiendo qué está pasando por su cabeza, ¿venir aquí?, ¿devolverme esto? ¿Qué demonios? ¿Acaso se olvidó que me trató como una basura?Kenneth con las manos en las caderas se da una vuelta por todo el departamento mientras lo sigo a dos metros. Él parece demasiado impresionado con el lugar.—No te compraste esto con tus ahorros, esto seguramente viene de tu novio, o Sebastian, ¿no es así?Mi respiración se agita, ¿qué es lo que está insinuando?—Mire, señor Sinclair. Primero, no le di permiso de entrar aquí, mucho menos me interesa decirle si esto lo he comprado yo o no. Y tercero: ¿qué está pretendiendo al venir aquí y entregarme esto? — suelto, irritada por su actitud tan incomprensible.Los ojos mieles del moreno se clavan en los míos y doy dos pasos hacia atrás cuando se aproxima.—¿Por qué siento un poco de veneno en tu voz? Pensé que éramos amigos —expresa, y luego sonríe—. Me
Kenneth.—No puedo dejar de ser impulsivo cuando la tengo cerca. Lo juro. Puedo controlarme con todo el mundo, pero con ella yo solo quiero…—Entiendo lo importante que es Lauren para ti, Kenneth —dice por llamada mi terapeuta, María.Nuestra cita es mañana pero no podía esperar. Ella me escucha una vez a la semana, y realmente es algo bueno para mí. Me ha ayudado a entender mucho mejor mi pasado, aislando de mi interior el sentimiento de culpa e incluso un poco el odio a mí mismo. Y aunque está convencida de que lo que todavía siento por Lauren es solo un apego emocional por ser la primera persona en conocerme tan a fondo, me terminó de convencer de decirle la verdad: no con la esperanza de que la pelirroja me dé una oportunidad, sino como una herramienta para avanzar en mi proceso de culpa.Aunque incluso yo mismo dude de que pueda manejar todo con ese único objetivo. Porque si mis deseos son otros, pondría en riesgo de explosión todo lo que me ata a Dakota; así como la relación de
Lauren.Viéndome en el espejo, cambiándome de peinado por cuarta vez, maldigo.¿Por qué me preocupo por verme tan bien?El remordimiento me golpea el estómago cuando recuerdo a mi novio. Le prometí que no le daría una segunda oportunidad a Kenneth, y sé que solo dándole la oportunidad de explicarse, es como si lo hiciera. Sin embargo, sé que soy lo suficientemente fuerte como para no echar todo mi progreso atrás, solo porque nuestro pasado ha quedado marcado en mi cuerpo.Respeto, quiero y valoro a Christian. Y sé que no podría dejarlo por Kenneth Sinclair.Tomo un gran vaso de agua, y termino quitándome el vestido que tengo puesto. Opto por pantalones sueltos a mi cuerpo, camiseta blanca ajustada y un gran abrigo color marrón, junto al gorro que mi madre me hizo hace un tiempo y solo he usado en invierno; pero lo quiero tener conmigo esta noche porque necesito sentir que la tengo cerca.Así no parece que me he preparado demasiado para verlo.Antes de salir, termino de completar una e
Kenneth.En el momento en que me di cuenta que ella no iría al restaurante, la desolación me invadió. La desesperación me consumió. Necesitaba decirle al menos gran parte de la verdad, pero con un mensaje no era suficiente para mí, por eso llegué a su departamento, y ahora, con ambos llorando mientras nos abrazamos, sé que he hecho lo correcto.Volver a tenerla así de cerca es como si mi desierto en plena sequía recibiera una pequeña descarga de agua del cielo; llenándome de esperanza.Termino de adentrarme con ella abrazada a mi pecho, pero antes de que caminemos al sofá, ella respira y se separa.—¿Podrías darme un momento?Asiento. No quiero abrumarla demasiado con todo esto. Aquella noche con su decisión de dejar todo por mí me comprobó que me amaba, y yo le rompí el corazón, así que sé que no es fácil procesar todo esto.La veo irse hacia lo que parece ser el baño, pero también me doy cuenta de que ella está vestida para salir. Y como este espacio es prácticamente abierto, puedo v
Lauren.Me remuevo en la cama gracias a la alarma. Con todo el cuerpo pesado tras una madrugada acurrucada, intentando encontrar consuelo en mi propia decisión.Mientras comienzo con mi día para ir a trabajar no dejo de pensar. Saber que todo lo que sufrí lo tuvo que sufrir él también gracias al señor Sinclair, me deja devastada. Jamás podré entender el verdadero motivo detrás de su capricho en separarnos.Las palabras de Kenneth se repiten como un eco, fundiéndose en lo más profundo de mi corazón. No me dejó porque no me quería, e incluso ahora está dispuesto a acabar con su tedioso compromiso porque tiene la esperanza de que volvamos.Y tengo que admitir que cuando le dije que eso no sería posible, realmente lo dudé.Ya duchada y cambiada, me esfuerzo un poco más con el maquillaje para que no se note tanto mi rostro demacrado. Luego tomo el uber, haciendo parada primero en una tienda de comida rápida para mi desayuno, y entonces llamo a mi novio.—Hola bonita. ¿Cómo amaneces?Suspir
Ellie Sinclair.—¿Lo tienes? —pregunto a Marcus, mi investigador privado. El hombre me extiende el papel y entonces le doy una bolsa con su dinero en efectivo tal como me lo pidió—. Gracias por tu trabajo, ya ha finalizado. Puedes irte.Marcus se va y mi chofer me da una mirada por el retrovisor.—¿A la empresa, señora?Asiento mientras nos alejamos de la clínica. Y con los resultados en mis manos, me dispongo a leerlos. Will y Lauren son medios hermanos. Pero no es algo que me sorprenda tomando en cuenta que cuando hablé con el abogado de William, me mostró un resultado que había mandado a hacer William como prueba en su testamento, en donde se confirmaba que Lauren era su hija. Testamento en donde le dejaba el 50% de su imperio, mientras que a Will solo el 30%, y a Kasey y Kenneth el 10% por igual.¿Cómo era posible que una recién llegada pudiera tener mucho más poder que todos los que nos esforzábamos cada día por mantener el imperio Sinclair? No. No podía dejar que ello ocurriera.
Kenneth.Debido a lo sucedido en Carolina del Norte, mi madre me asigna dos entregas para esta semana. Rápidamente, hablo con el coordinador de producción sobre los espacios que podemos hacer para cumplir con todo; encontramos la solución, y todo el equipo se pone manos a la obra.Mientras estoy en mi oficina leyendo los informes, me llega el correo de la clínica en donde mandé a hacer los exámenes. Mi sorpresa es grande cuando los resultados arrojan que no hay ninguna coincidencia genética entre mi padre y Lauren. Escribo un correo preguntando si el método es seguro, y recibo una respuesta de que son 100% confiables, lo cual me deja la cabeza dando vueltas.Entonces William simplemente estaba enamorado de Laura, tanto, que le estuvo dando dinero durante todo ese tiempo, quizá queriendo a Lauren como su hija.Bien pero eso no responde a la pregunta del por qué mi madre pudo manipular el testamento. Recuerdo el nombre del abogado de William, y lo contacto dejando su mensaje en sus rede