16: Líneas prohibidas.
Kenneth.
Sí. Era un maaldito rebelde, desgraciado. En ese momento en que la vi bajar las escaleras, huyendo de mí, mandé a la miierda la amenaza del abuelo, la de Kasey, el odio de mi madre hacia ella, y también sus propias palabras.
Sí. Sabía que no era como las demás, pero también sabía que podíamos llegar a un acuerdo.
Había aceptado el reto de no descansar hasta tenerla. No porque fuera algo que no podía tener y lo deseaba, sino porque sabía que ella quería lo mismo, y aun así su moral de princesa educada se lo impedía.
Yo era bueno rompiendo reglas y pasando líneas prohibidas.
¿Ella no quería esto? Le demostraría que sí.
Salí al balcón principal de la mansión, y entonces hice una llamada a mamá.
—Sé que el abuelo está por decirme que me vaya. Pero aún no encuentro nada, madre, te juro que creo que algo sucede. No estaba seguro pero ahora lo estoy. Y necesito que me ayudes. Necesito quedarme todo el tiempo que sea necesario.
Mi madre rápidamente pensó en un plan después de darle u