100: El karma existe.
Lauren.
Mantener mi mente ocupada era el objetivo, pero comenzaba a ser una mala idea desde el punto de vista de Will y Ellie. Ambos, viendo que estaba demasiado devastada por el fallecimiento de Kenneth, pensaron que solo quería inundarme de trabajo para encubrirlo, lo cual podría generarme demasiado estrés y a su vez podría afectar a mi bebé.
No me dejarían volver a la oficina de inmediato. Me vigilaban a todo dar. Todos me acompañaron a la primera ecografía, y allí pudimos verlo: nuestro pequeño fruto, de casi un mes.
Y lloré, sí, lloré porque me sentía horrible por no poder compartir ese momento con él, y horrible por tener que fingir que no era un espacio espiritual lo que nos separaba, sino que todo un océano.
Resulta que el día de navidad, ninguno creyó que fuese conveniente celebrar estas festividades. Pero Cassandra, quien alquiló un departamento en la ciudad, ese día me sacó a pasear, y al final del día, me dio un obsequio.
—Lo envía Kenneth —me explicó, acelerando mi corazó