Mientras Sofia como hermana mayor trataba de darle un lugar digno a Lyra, para que se refugiase junto con su hijo, en el otro extremo de la ciudad, la mente de Dylan Bach no dejaba de trabajar.

Todo había sido su culpa, eso siempre lo supo, era él, quien cargaba una maldición gracias a la fortuna familiar, trató de advertírselo a Riny, pero esta no lo comprendió, durante 20 años se culpó el haber ocasionado la muerte de la única mujer que amó, esa que conoció apenas siendo un adolescente, ambos lo eran, él con poco más de 20 años recién cumplidos, ella apenas 18, lo suyo fue mágico, demasiado ideal para este mundo cruel, para el destino tan atroz.

Los pocos años que vivieron fueron felices, hasta que ella se empecinó con que quería un bebé, aun viendo como los primos de Dylan sufrían por la maldición familiar, tantos bebés que nacían muertos o morían al nacer, tantas esposas, novias e incluso amantes, perecían al querer seguir intentándolo.

Pero Riny no conocía de límites, nunca los c