Capítulo 8. El Padrino de Bodas
Liam
Isaac y yo nos quedamos de ver en la joyería Gleam's. Mientras lo esperaba en el coche, adelantaba algo de trabajo. Estaba tan absorto que me sorprendió cuando tocó la ventana.
Juntos nos dirigimos a nuestra cita con Isabel. Me sentí nervioso por volver a verla; no paraba de jugar con las llaves y sentía un ligero temblor en las manos. Al entrar, la vi: ahí estaba ella, sonriente, dirigiéndose a nosotros. Mientras hacía las presentaciones pertinentes, noté que una de sus compañeras, una pelirroja, me miraba fijamente. Me sonreía con una seguridad que rayaba en la provocación, acomodándose el escote de su blusa. Ese tipo de mujer, tan específicamente consciente de su poder de seducción, siempre me había generado desconfianza. Prefería la autenticidad, la discreción... cualidades que me parecieron evidentes en Isabel.
Me arrepentí de haber llevado a Isaac. Temía que, como siempre, me dejara en evidencia, manifestando mi amargura y dejándome en ridículo ante Isabel.
Y es en ese preci