Capítulo 31. Reunión Obligatoria
Liam
Dos días después, pero en la noche, cité a mis amigos en mi departamento, mi santuario. Necesitaba la familiaridad de mi propio espacio, donde cada objeto estaba perfectamente en su sitio, para mitigar el desastre que sentía en mi interior. Mi pent-house minimalista, con sus líneas limpias y la vista inmutable del horizonte de Manhattan, era el antídoto contra la incertidumbre. La perfección de mi entorno contrastaba salvajemente con la creciente tensión que yo había traído a la habitación.
Había enviado un mensaje a Isaac, Brian y Alan, urgente y misterioso: "Reunión obligatoria. Nivel de amenaza: Existencial". Sabía que solo esa exageración garantizaría que mis amigos entendieran que la crisis no era profesional, sino personal.
Cuando llegaron, les serví whisky. Yo tomé mi medida, un ritual para obligarme a bajar la guardia. Isaac se sirvió solo agua con gas, su rostro ligeramente pálido un recordatorio constante de que su mundo estaba tan desordenado como el mío. Nos instalamo