-CASA-
-Estamos en casa- contestó Claudia sonriendo.
Pablo, quien ya venía confundido en el camino, quedó aún más confundido con el comentario de Claudia. Tenía mil preguntas en su cabeza, pero antes que pudiera hablar, Claudia caminó hacia dentro de la casa, llevándolo de la mano.
-Debes estar confundió- dijo Claudia, notando la clara expresión dudosa de Pablo- me encanta mi dormitorio en la universidad, y mis papás jamás me dejarían mudarme fuera de él a menos que volviera a casa, pero allí siempre está Olga, o en el tuyo siempre está Julio.
Pablo escuchaba a Claudia y empezó a asentir, comprendiendo hacia donde quería llegar ella.
Claudia continuó emocionada: son nuestros mejores amigos, pero quería regalarnos un espacio que fuese solo de nosotros, nuestro hogar, podemos venir los fines de semana o cuando tengamos días libres, y estar aquí, solos.
-Nuestro hogar- repitió Pablo entusiasmado, no pudo evitar sentir alegría cuando escuchó esas palabras de la boca de Cl