Capítulo 6. Un calambre.
Entré en aquella habitación, enorme habitación, no parecía ocupada, James cerró la puerta y yo me giré para verlo.
—¿Qué es tan urgente?.
Sin previo aviso, me sujetó y me llevó directo a la cama, empecé a sentir la adrenalina correr por mi cuerpo, sus caricias y sus besos salvajes, me encendieron de inmediato. Si esté era un James enojado, entonces tendría que esforzarme más en molestarlo.
Me apresuré a quitarle la camisa, quería tocar su piel, quería sentirlo, era tanta nuestra prisa, que ni siquiera hizo falta quitarme por completo la ropa interior, él la hizo a un lado con sus dedos y con la otra se posicionó en mi cavidad.
Ya estaba tan lista, que lo sujeté de la camisa para que se diera prisa.
Cuando lo tuve en mi interior, sentí tanto placer y tanta satisfacción, que gemí y sonreí al mismo tiempo.
¿Por qué me volvía tan loca?, ¿Por qué él?.
Sus envestidas eran lo que yo necesitaba para sentirme plena y feliz, sentir sus fuertes manos en mis caderas, era lo más fascinante, nunca