Capítulo 13 – Medio limón, samba y un dedito para arriba
El sol de media tarde caía oblicuo sobre los andamios, tiñendo de dorado la fachada del Cinco Estrellas. Jasmín se quitó el casco con cuidado, respirando el aire cálido que traía olor a cemento recién mezclado y a logro cumplido.
Había sido un buen día. Uno de esos que empezaban con trámites tediosos y terminaban con sonrisas. Y todo gracias a la licitación ganada.
—Arquitecta —dijo una voz detrás de ella—. ¿Tiene unos minutos para mí?
Se giró al instante. Él estaba ahí, con los lentes de sol en la cabeza y la remera un poco arrugada por el viaje en taxi. Dante.
Jasmín sonrió. De ese tipo de sonrisas que no se pueden esconder aunque una quiera disimular.
—Dante ¿Viniste a buscarme?
—Obvio. ¿O querías quedarte encerrada en una obra el resto de la tarde?
Ella se acercó y lo saludó con un beso suave, como si todavía no pudieran creer que el estar juntos era parte de la rutina. Dante le tomó la mano y caminaron hacia un ban