Capítulo – Un Gol de Amor y una confesión
Santiago Durán estaba rendido ante Mayte. No era una rendición cualquiera. Era de esas que nacen cuando un hombre reconoce que frente a él tiene a una mujer de verdad. Una mujer luchadora, trabajadora, firme en sus convicciones, responsable en sus estudios, en su trabajo, en la vida misma. Una mujer que no se conforma con promesas, sino con hechos.
Mayte lo había demostrado todo. Como asistente de arquitecto era excelente, pero durante el embarazo de Anahir, cuando ella no pudo estar al frente de la obra, Mayte se puso la mochila al hombro. Su manera de trabajar, su temple, su visión práctica pero apasionada, lograron que la presencia de Anahir no se extrañara, porque Mayte la representaba en cada decisión, en cada plano, en cada paso dado en el Cinco Estrellas.
Santiago, que estaba a mil con presupuestos, planos, visitas a la obra y reuniones por todas partes, no tardó en verla con otros ojos. No solo admiración profesional, sino profunda, s