14:40 hs. - Salomé.
—¿Quién es? ¿Qué pasa?
Los ojos me pesaban, la cabeza me dolía, pero algo me hizo despertar. Di un respingo al notar algo húmedo resbalar por los exteriores de mi zona más íntima.
—¡Puaj! ¡Sos una asquerosa de mierda! Podrías haberte dado una ducha aunque sea, ¿no?
La manta que me tapaba se elevó por delante de mí hasta descubrir por completo la cabeza de Fer, que daba pequeños resoplidos con su lengua para afuera y con una considerable cara de disgusto.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué hora es?
—Casi las tres. Tu novio ya se fue hace rato, así que no te preocupes. Ahora andá a lavarte, que mirá cómo estoy...
Fer se colocó en la punta izquierda de la cama y se irguió para enseñarme la ti