Hazlo por mí...
20:50 hs. - Damián.
Qué silencio, qué paz, qué tranquilidad, cuánta armonía en el aire... ¿Me había quedado sordo de repente? No, no era eso... ¿Se me habían taponado los oídos? Tranquilamente podía ser eso. ¿Debido a la presión, tal vez? También, también. La situación me había sobrepasado completamente. No descartaba que me diera un infarto ahí mismo.
—Sígueme la corriente, por favor... —me dijo entonces, rogándome, con los ojos humedecidos.
¿Seguirle la corriente? ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿No era suficiente ya mi estatismo? ¿Qué más quería que hiciera? ¿Qué pretendía? ¿Por qué me estaba haciendo pasar por eso?
—Por favor, Damián... Es mi última oportunidad. Por favor... —volvió a suplicarme.
¿Última oportunidad para qué? ¿No era mi repentina presencia en aquella cena íntima suficiente para marcarle los tantos al muchacho? ¿En serio que no lo era? Pues no, parecía evidente que no. Sus lágrimas me confirmaban que no.
—Por favor... —repitió por última vez.
Ya no iba a volver a hablar, o