—Ahora estoy más que seguro de que eres un total idiota —refunfuñó Fausto mirando a su nieto con disgusto.
—Sabía que todo ese trato era para quedar bien —murmuró Hades bajando la cabeza.
—¿Qué dijiste? —preguntó el abuelo. Pero Hades no le responde, lo que lo impacienta aún más. —¡Respóndeme! ¿Qué dijiste?
—Nada —contestó Hades mirando a su abuelo con atención. Lo que deja al anciano sorprendido. Pero no dice nada respecto a eso.
—Ahora dime, porque carajos dejaste que una situación de estas pasara —interroga el anciano.
—De verdad me estás preguntando eso —dice Hades sin creer lo que escucha.
—Sí, Hades, lo estoy haciendo y espero una respuesta coherente.
—Abuelo, ¿crees que fue decisión mía caer por ese barco al mar abierto? Sabiendo los múltiples peligros a los que me exponía —interrogó Hades, esperando que el cerebro de su abuelo sea más listo de lo que espera.
—Conociendo tu rebeldía, sé que eres capaz de eso y más con tal de ver a tu familia en el caos y la d