Cuando Mena entra a la habitación que funciona como cuartel general, se da cuenta de que hay muchas personas hablando y el ambiente serio se ha instalado con una fuerza impresionante sólo por la presencia de él, a quien ven como líder y en quien Archer suele depositar la mayor parte de su confianza. A pesar de que debería prestar atención a todo lo que dicen ella solo puede verlo a él hacer su trabajo como si fuera el aire que respira. La naturalidad con la que se mueve por el lugar como si fuera un director de orquesta que se dirige hacia el éxito, la forma en que le da atención a cada persona que habla por separado y ese tono autoritario que compagina con sus tatuajes que va descubriendo poco a poco de sus brazos, todo eso hace que se de cuenta de algo que no puede negar. El estar viviendo con él por tanto tiempo, haber compartido muchos momentos juntos y forjar una relación basada principalmente en el respeto mutuo y el amor que ambos sienten por Archer, ha hecho que se de cuenta de