California, la ciudad más emblemática para todo aquel que necesita tener la certeza del control en su vida, una ciudad que se atreve a entregarse completa y sutilmente a tus antojos y violentamente a tus más bajos deseos. Rodeada de un aura seductora, llena del calor irradiante de las soleadas playas y paisajes sedientos de cuerpos para el deleite de su composición turística. Cada rincón y cada sitio entornado en un oasis de locura y pasión por las olas y la arena, calentando los cuerpos que se contonean al ritmo de la música estridente de parlantes gigantes sobre un escenarios.
Leer másTodo el tiempo era lo mismo, mi madre y sus novios...
Me encontraba sumida en mis quehaceres escolares cuando mi madre entró a mi habitación hecha un mar de lágrimas. Michí corrió a esconderse y Cala subió automáticamente a la cama. Me deshice de los audífonos y antes de preguntar me soltó la sopa completa.
— ¡Recoge tus cosas tesoro, debemos irnos! - los hermosos ojos verdes de mi madre destilaban lágrimas a granel. Me preguntaba que estaría pasando pero no sabía lo que dolería enterarme.
Salimos de la casa a las seis de la tarde de un sábado, diecinueve de noviembre de dos mil siete y nos fuimos a un refugio en las afueras de Manhattan para poder dormir porque eran las seis de la tarde. Y esa fué la primera vez que mi madre quedó en la ruina por casarse con un tipo de porquería que solo deseaba su dinero ya que era una presa fácil por ser mujer.
**********
— ¡Isobel! ¿aún no te vistes? ¡por favor mi amor, Josef espera en la iglesia! - el aburrimiento me mataba, tras la muerte de mi abuela: Bárbara McKenzy heredó otra fortuna que hizo crecer en sólo dos años y medio. Ella era una especie de Rey Midas.
Luego de un año de estreches cuando el ahora ex esposo "dolor de ovarios" Mark Sutherland la dejara con una mano delante y la otra atrás y que la abuela nos acogiera en su casa con mi perra, el gato y Will también, mi madre nunca aprendió a ser independiente. Siempre me pareció que no se sentía completa después que el bueno para nada de mi padre la dejó embarazada de mí y se largó con su prometida de la realeza, nunca lo conocí y eso lo agradezco.
Era una verdadera lástima, pues siempre los hombres le hacían lo mismo: quitarle el dinero. Una mujer hermosa con rasgos finos y delicados, con una habilidad impresionante para hacer dinero y una personalidad envidiable por su desenvoltura natural ante la sociedad no se percató de que nada más se acercaban por el dinero. Me preguntaba si eso ella lo veía como una muestra de amor porque a mí me parecía una vil estafa. Y más aún cuando hace dos años el desagradable Frank Monety alias "el engendro", la dejó en la ruina y además de todo le sugirió que si deseaba su dinero tendría que entregarme a mi como cambio.
El porrazo que le propiné con una pala de mezclar no fué normal, lo mandé al hospital una semana. Su hermana levantó cargos en mi contra y la madre lo lloró como si se hubiera muerto, Will me salvó por segunda vez, lo he amado más como padre a él que a los otro mil que pasaron por la vida de mi loca madre.
Me juré, jamás depender de nadie y menos de un hombre porque ellos solo vienen y van... o eso fue lo que siempre vi.
—¡Oh por Dios, Jacques, Isobel! – grita Bárbara haciendo que mis tímpanos duelan — ¡Bienvenidos! – toma a Jacquie en brazos luego de que esta se lanzara prácticamente —¡Isobel estas… divina! – pongo los ojos en blanco y recibo un golpe en el brazo.—¿Qué? – digo sonriendo.—¡Eres malo! – levanto las cejas y los hombros fingiendo confusión.La atraigo hacia mí para besarla y escucho los ¡oooohh! De las amigas – que nunca había visto – de mi suegra. Ya quiero irme de vuelta a la casa para hacerle el amor a mi mujer, motivado por el color rosado de sus mejillas y lo deliciosa de su piel. Soy una mierda asocial, sexual y pervertida cuando se trata de mi Pequeña Bruja.Una de las mujeres lleva en braz
Jacques.Siento como la sangre abandona mi rostro y un estremecimiento delicioso mueve todo mi ser, lo tambalea.Un bebé, es decir… otro ¡mierda esto es fantástico! Cagado de miedo y todo no me importa, sus ojos brillan y mi rostro debe ser todo un poema ya que mi Bruja particular tiene el labio inferior mordido para no reírse de mí. Y de pronto caigo en la cuenta ¡oh Dios, le hice daño, soy enorme y ella…! Solo sonríe preciosa y con los ojos acuosos.—¿No te lastimé, te duele? – acaricio su tripa y me muevo para salir de ella quien niega con esos ojazos que me matan —¿No le pasa nada cierto? – sonríe tan dulce que me derrite, abrazo su cuerpo y suspiro de… felicidad y miedo.—Estoy de cinco semanas, y no mi amor &ndas
Un año después…¡Soy feliz, me siento no solo liberado, sino una persona nueva!¡Me siento como nuevo!Respirar el fresco de la playa en la tarde de mi casa en Long Island,, me proporciona una paz que no tiene precio. Siento que alejarme de mi familia y de todo aquello que amaba, pero que me hacía daño y me destruía poco a poco me ha dado la oportunidad de perdonarme, reivindicarme conmigo mismo y de centrarme en mis deberes. Soy multimillonario. Dueño de casi todo el dinero de más o menos la mitad de Nueva York, sino que me pertenece prácticamente la mitad del País. Se puede decir que mi poder es más alto que el del Presidente, el cual he asesorado últimamente en varios negocios concerniente a la administración del poder.Porque eso es ahora lo que teng
Si me preguntan ¿que prefiero, que deseo y que es lo que mas quiero en este mundo? Mi respuesta sincera y definitiva es Jacques Hawkins. Y es que estar entre sus brazos y encajar de este modo me hace ser la mujer más feliz y con mayor suerte del mundo, porque él es mi primer amor, mi primer hombre; el amor de mi vida. Lo ha demostrado al dejarme entrar en la suya de lleno, como si necesitara de mí para continuar con su vida, es perfecto. Es obsesivo. Dominante. Imperioso.¡Y es perfecto para mí, para nosotras! Después de semejante declaración y sobre todo de traer a colación el amor por su hija – algo que me derritió por completo – cenamos el asado que arbitrariamente hice y resultó una delicia, comimos como cerditos; y aun así me guarde un poco de hambre para terminármelo de cenar a él. Mi zorra interna se sentó en su t
La llevo a mi ático en las afueras de la isla, me importa una mierda lo que me digan o lo que critiquen porque ella me pertenece. Soy un puto egoísta, pero mientras la tenga en mi cama se encuentra a salvo. La desnudo y beso todo su cuerpo porque siento una necesidad abrasante de saborearla, por haber hecho que me excite en casa de su madre, es valiente y arrojada y esa es la razón por la cual necesito estar dentro de ella con premura. Su cuerpo tiembla bajo mi toque, tal y como la quiero: dispuesta y entregada. Sumisa. Pero ella no lo es, tira de mi cabello para besarme, trata de dominarme, esta Pequeña es puro fuego y la deseo como un loco, la amo con desesperación, es por eso que eme encuentro convencido que esto es más que amor, la expresión correcta no es esa, pero por ahora lo dejaremos así ya que se encuentra sobre mi cuerpo repartiendo besos desde mi cuello hasta el torso y eso… desconcentra porque soy yo quien n
Se encuentra cómodamente sentado en el centro del sofá de dos plazas que está justo frente a la puerta, sintiéndose el dueño del mundo y yo estoy al borde de un colapso nervios porque no puedo aplastarlo con mis propias manos. Todo mi cuerpo es tension pura. Cada músculo, cada tendón, cada fibra. Siento que en cualquier momento puedo romper la cadena de las esposas, pero eso no sería sensato porque ellos tienen las pistolas. No soy asiduo a ellas, sin embargo tengo una colección de por lo menos doce y no tengo ninguna encima, no creí necesario venir acompañado, no pensé en nada al venir aquí, solo que la vería y podría pasar un momento con ellas, con mi novia y disfrutar de mi hija, tal vez acariciar su panza o… ¡mierda!—¡Bienvenido! ¿Eres Jacques, no? – su sonrisita me destroza la calma, tiemblo y en lo úni
Último capítulo