Mauricio mira a Reishel a los ojos y ella en los de el, encuentra una dulzura que le amilana el corazón…
—¿Estás segura, que es eso lo que quieres?
El corazón de Reishel da un gran pálpito; una sensación que nunca había experimentado antes; un vértigo inusual que no era propio de su carácter, pero era necesario, no dejarse llevar por los sentimientos, y abrirse paso con frialdad.
Es cierto, ese hombre que está frente a ella, es el ser que en muy poco tiempo ha logrado lo que nadie; meterse muy hondo en el alma, deseaba muchas cosas con el, deseaba "todo", con él; ¡y quería!…si quería… llevarlo todo hasta el final,<<¡que importa Úrsula, que importa nadie, la felicidad la vives o no la vives!>> pero también sería estrechar más sus lazos amorosos, sufrir, y padecer sabrá Dios, qué consecuencia...Reishel…pensaba y pensaba…
—¿Entonces?...¡¿No me dices nada?!
Ella le responde…
—¡Vamos a tomar distancia por un tiempo, creo que debemos ser prudentes, mi madre, tu familia, nosotros, ya sé