Guardo mi teléfono con las manos temblorosas, tan deprisa que no me percato de las miradas extrañas de las otras mujeres que están a la espera de entrar al baño. El corazón me late a un ritmo anormal y golpea con fuerza contra mi pecho.
¿En serio vendrá a buscarme?
Creo que la borrachera se ha esfumado de mi sistema en cuanto Valentino dijo que lo esperará.
¿Para qué lo voy a esperar?
Corro entre la multitud, sudorosa y con la respiración agitada y no sabría diferenciar si es porque me he echado a correr desde el baño de damas o por el nerviosismo por que él vine hacia acá.
Quiero llegar junto a Zaheera.
Jadeo cuando la diviso aun sentada frente a la mesa de madera oscura llevándose a la boca el coctel de delicioso sabor, pero mortal con el alcohol.
Casi me desmayo por la falta de aire en mis pulmones cuando llego hasta dond