EPÍLOGO

Aquella noche, Fausto acabó sin lágrimas. Lloró tanto que la chica de recepción tuvo que acercarse a él para preguntarle si todo estaba bien. Él dijo que no le pasaba nada, y no mintió. En sus adentros había nada… o casi nada. Solo el vacío de un corazón fracturado y el eco de un alma moribunda.

No sabía si le dolía más la traición de Catalina (porque tenía planes que ella botó para largarse con Saldívar), el recuerdo de Soledad (que fue con quien realmente hizo el amor en ambas ocasiones), o todos los daños propinados por Eduardo.

¿Quién era Gertrudis?, se preguntó. ¿Qué le hizo Saldívar a papá y a mamá?, continuó. ¿A qué se refería Catalina con eso de: ‘’Dios no perdona los crímenes come

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App