Joana entró corriendo a la floristería con un papel en la mano.
- ¡Hemos logrado!
Alice salió de detrás del mostrador y abrazó a Joana.
- Entonces, ¿la floristería es nuestra?
- ¡Sí amiga! ¡Ella es nuestra!
- ¿Qué es eso en tu brazo? - Alice levantó la manga de la blusa de Joana.
- Llamé a la puerta del baño.
- ¿De nuevo?
- ¡Y otra vez! No fue nada, no te preocupes.
- ¿Cómo no preocuparse? Te has estado lastimando mucho últimamente.
- ¡No lo sé! Sucede.
- ¡Está bien! ¿Vamos hacer una fiesta? Quiero poder compartir esto