32. La venganza comienza
El verdadero enemigo no siempre está frente a ti; a veces se oculta entre los que confías.
El sol apenas se asomaba sobre el horizonte, iluminando tenuemente el viñedo que había sido escenario de la última batalla. La tierra estaba marcada por huellas profundas de botas y caballos, ramas rotas y piedras desplazadas que delataban los pasos del enemigo. El aire olía a humo, sudor y polvo, y los cuerpos de los aliados heridos se movían con dificultad mientras los más fuertes intentaban ayudarles.
Luca caminaba por el terreno con paso firme, inspeccionando cada rincón. Su mirada no dejaba escapar ni un detalle: ventanas rotas, barreras derribadas, senderos que podían ser aprovechados por el enemigo. A su lado, Valentina analizaba con ojos calculadores los puntos estratégicos del terreno. Cada árbol, cada muro derruido, cada sendero lateral era un posible riesgo, un lugar donde el enemigo podría ocultarse.
-- Cada cicatriz que vemos aquí es una advertencia -- dijo Luca, su voz grave y reson