Capítulo 27 —Almuerzo—
Mili se aproximó como pudo se interpuso en el camino de Adréis, poniendo la mano sobre su pecho.

—No es para tanto, mejor nos sentamos a comer. Matilde puede esperar.

—Es una sabia decisión —acuñó Talía, revisando el I*******m desde su teléfono.

Adréis, al sentir la mano de Mili en su pecho, le dedicó una mirada veloz y palpitante. Apretó aquella mano blanca con delicadeza, como descargando las ganas en aquel simple gesto de separación. No podía evitar estremecerse ante el contacto de la chica. Los dos sentían algo muy especial, cuando se tocaban, cuando sus pieles hacían contacto, como si estuvieran a merced de suaves corrientes eléctricas. Pero fue instantáneo, Talía estaba ahí, entre ellos. Cada quien volvió a su silla. «¿En qué momento se cambió la ropa? —se preguntó Mili sorbiendo un poco de vino—». Se veía tan guapo con aquel conjunto deportivo. Por otra parte, Adréis pensaba en ella. Le daba miradas furtivas a sus senos expuestos, porque un botón de su camisa se había desabro
Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo