—¿Tú? —pregunta aterrada.
—Veo que aún te emociona verme, Rebecca. —sonríe con sarcasmo.
—Vete ahora mismo de mi casa. —dice ella en voz baja.
—¿Ocurre algo mi amor? —pregunta Emilio acercándose a ella.
—N-no, no. —tartamudea.
—Buenas noches Sr Ferrer —saluda estrechando la mano de Emilio.
Al trío se suma la doctora, quien de forma muy espontánea bromea:
—¿Tienes que pagar entrada?
Las risas de Emilio y Ricardo resuenan, mientras Rebecca se aferra al brazo de Emilio.
La pelicastaña siente un ligero vahído y luces centelleando frente a sus ojos.
—¡Adelante, profesor! —responde Emilio.
Ricardo entra a la mansión y ofrece el brazo a su acompañante y ambas parejas se dirigen hasta la sala principal. Emilio se aparta de Rebecca y se acerca al lujoso bar para servir una copa para él y una para ella.
Ricardo toma la copa que segundos atrás había dejado sobre la mesa de centro.
Emilio con un gesto le pide a Rebecca acercarse, mas ella siente que cada paso que da sus pi