—¿Enzo? —Se pregunta Rebecca a sí misma con asombro; Romina nunca le comentó que conociera a su cuñado.
Rebecca entra a la sala de emergencias y se topa con la doctora quien le informa que su amiga está completamente bien y que puede regresar a su casa.
La pelicastaña se siente aliviada de que Romina esté sana, aún así, el gusanillo de la curiosidad continúa dentro de su cabeza. Está ansiosa por saber ¿desde cuándo su compañera y su cuñado, se conocen?
Romina se calza las zapatillas para salir de aquel lugar.
—¿Estás lista? —pregunta al verla ya de pie— Alguien estuvo llamándote —refiere, devolviéndole el bolso a su compañera.
Romina toma el bolso, revisa el bolsillo frontal, saca su móvil y su semblante cambia por completo al ver que se trata de Enzo.
—Te espero afuera, debo hacer una llamada urgente.
Rebecca asiente y ve como Romina sale de prisa hasta el pasillo. La pelicastaña aletarga sus pasos para darle la debida privacidad que su amiga requiere. Se detiene a leer