Keith.
Ayer una alegría inmensa me lleno por dentro. No solo por el hecho de que ya me estaba llevando mejor con John y que comenzábamos tener una bonita amistad, sino también; Michael.
¡Él iba a regresar muy pronto!
―Te ves muy feliz. ―Habló Susana desde su lugar de trabajo.
La observé y ella me sonrió con afabilidad; gesto que le regresé.
―Si, lo estoy. ―Afirmé sin quitar la sonrisa de mi rostro, entre tanto, acomodaba unas carpetas que le entregaría a John.
―Me alegra, Keith... ―Dijo en una suspiro casi melancólico―. Reggie volvió a pelear con su compañero de clases, ayer hablé con su profesor y me informó que se había estado comportando de una forma agresiva estos últimos días. ―Agregó con un semblante de preocupación.
Susana me comentó sobre sus dos hijos: Lina y Reggie.
Su hija era la mayor y la más madura, Lina estaba pasando por esos cambios de ánimo propios de la adolescencia y podía llegar a importunar mucho así madre con sus acciones de adolescente rebelde. En cambio su hi