Capítulo IV

Keith Anderson.

Admito que en mi vida, no sucedían muchas cosas interesantes, enocionantes... Pero ahora, me encontraba en un situación que lo rebasaba todo.

Salí de la monotonía, fué un día loco... Todo tomó un rumbo inesperado.

Me encontraba en mi habitación, con un hombre desconocido y totalmente desnudo.

Evitaba mirarlo.

Pero... ¡Dios!, Estaba tan bueno, que quería mirar.

No, Keith... No lo mires.

Si me hubiera querido hacer daño, ya lo hubiera hecho.

—¿Que haces en mi habitación?... Si sabes que es propiedad privada, ¿Verdad?... Por lo tanto, estás comentiendo allanamiento de morada. — Le dije, aún evitando mirar ese cuerpo tan sexy.

Sentía su mirada sobre mí... Sabía que recorría mi cuerpo con la mirada, y fue entonces, cuando me di cuenta de que estaba en brasier, me tapé de inmediato, y me dí la vuelta para ponerme la camisa otra vez, sentí mis mejillas calentarse.

— Pues deberías de cerrar mejor la puerta.— Comentó con arrogancia.

—Siempre cierro bien la puerta.— Afirmé, de mal humor.— ¿Por qué entraste a mí casa?

—Me asaltaron, así que tuve que buscar un lugar donde no pasara tanta vergüenza. — Admitió él, con tanta tranquilidad.

Me giré para verlo, estaba envuelto en mis sábanas, como si mi cama, fuese la suya.

Bufé — No creo que los ladrones te roben hasta la ropa... Y tampoco creo, que te dejen chupetones en el cuello.— Dije, alzando un ceja y dándole una mirada acusadora.

¡Me miente!

Este desconocido tuvo el descaro de entrar a mi casa, acostarse en mi cama... Y estar allí, como si nada.

Él de inmediato se levantó, cubriendo todos su cuerpo con mi sábana, para observar el enorme chupetón que le dejaron los "ladrones".

—Mierda.— Murmuró, pasando su mano por su cuello, justo donde tenía el chupetón.

Este tipo, aparentemente no era tan malo. Por lo menos no intentó matarme.

¿Y cómo?... Estaba desnudo, no portaba ningún arma.

—¿Me vas a contar que te hicieron esos "ladrones"— Pregunté, haciendo un gesto con mis dedos de entre comillas.

¿John?, Creo que así se llama. Me sonrió con picardía, pude ver unos hoyuelos formándose en sus mejillas mientras me sonreía... Se veía muy guapo.

—¿Quieres que te diga la verdad?

— Merezco una explicación.

El soltó una carcajada. — Me caes bien... Pareces alguien en quién puedo confiar.

Sonreí ante el cumplido.

— Lo soy... — Hice una pausa, evaluando la situación, era alocada y divertida a la vez,— Te confieso que no confío en cualquiera, pero... No me caes tan mal.

Él alzó una ceja, me miraba con picardía.— Bien... — Se paso ambas manos por su cara, de una forma frustrante, — En resumen, me folle a quien no debía... Y me estafaron, robándome varias cosas, además de mi auto, y dejarme como Dios me trajo al mundo.

Ya sabía yo... Seguro era esa clase de hombres que le gustaba follar a quien se le apareciera.

Éste se va de mi casa, porque se va.

Quien sabe con qué mañas me vaya a aparecer.

Comencé a buscar unos de los trajes de mi papá que guardaba, en mi habitación.

—Ten. — Le di una camisa y un pantalón — Póntelo y te vas. Luego me lo regresas.

— ¿Novio? — Su pregunta me tomó por sorpresa, haciéndome arrugar las cejas.

Él lo notó y antes de que pudiera liberar alguna palabra, él se adelantó.

— ¿Estás camisas... Son de tu novio? — Sentí mi pecho apretarse.

— No.

— Eres una mujer muy atractiva... Me sorprende no tengas alguien a tu lado.

—Bueno, no todos tenemos a alguien. Además, tampoco necesito a un hombre.

Ví una expresión de diversión y de sorpresa en su rostro.

— ¡Wow!... La mayoría de las mujeres siempre buscan algo más, ya sabes, siempre quieren tener una relación seria, casarse, tener hijos...

La forma en que hablaba de la mujeres... Este tipo definitivamente era un mujeriego.

— Parece que sabes mucho de mujeres — Expresé con sarcasmo, el asintió con una arrogancia abismal — Pareces un gran idiota.

Lo ví abrir sus ojos como platos.

Antes de que el pudiera decir algo, lo interrumpí.

— Vístete, y quiero que te vayas de mi casa — dejé de mirarlo para que se pusiera la ropa.

—No soy tan malo como parezco... Aquí donde me ves, soy un gran hombre... Sobretodo en la cama. Tal vez tú...

Me dí la vuelta, por suerte, ya se había puesto el pantalón.

— ¡Eres un imbécil!... ¡¿No me conoces y ya quieres follarme?! — Exclamé con enojo y rabia, recordando al idiota de mu ex-jefe — Hombre tenías que ser. — Dije entre dientes.

— No todos los hombres somos idiotas... Lo que pasa es que tú eres una feminista extrema. — Comentó, poniéndose la camisa.

Yo rodé los ojos, y bufé, — Me importa muy poco lo que diga un tipo, que fué estafado mientras follaba, y que para colmo, le roban su ropa.

El se tensó, y luego se fué, cerrando la puerta detrás de él, con fuerza.

¿Pero quién se creía ese tipo?

Entró a mi casa, se acostó en mi cama como si fuera la suya, y para completar, casi me dejaba sin puerta.

Salir disparada, para detenerlo e insultar su ego.

— ¡Oye!, No he terminado contigo. — John se detuvo, y me miró con fatiga.

— ¡Ahora qué!, Me voy de tu casa, deberías estar felíz.

Sí, la verdad es que por fin se iba.

— Bien, pero me devuelves la ropa.

—Si, Keith... Yo te la devuelvo...— Fruncí el ceño cuando mencionó mi nombre, yo no sé lo había dicho — A pesar de lo que puedas pensar, yo, soy un hombre de palabra.

Me dió la espalda y se fué, pero se detuvo en cuanto escuchó mi voz.

—John... ¿Cómo sabes mi nombre?

—Lo ví en los cuadernos que pusiste en tu escritorio, ahí, en tu habitación. —Hizo una pausa, — Perdón por eso.

Y así, sin más qué decir se fue.

Como llego se fué.

De forma inesperada.

¿Por qué de todas las casa para allanar, eligió la mía?

¿Habrá leído algo más?

Ese hombre tan arrogante, sin lugar a dudas, también, era un verdadero enigma.

¿Ya te conocía?

Muchas preguntas invadieron mi mente. Subí de nuevo a mi habitación, me puse la pijama, me acosté y pensé en las cosas tan extrañas y fuera de mi zona de confort, que había vivido.

Sonreí al recordar... Aunque me lo niegue a mi misma, fué divertido. Sin embargo, el tipo era muy... No me caía muy bien.

Entre tantos pensamientos e ideas, recuerdos... Me quedé dormida.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo