Un sonido me despertó. Al abrir los ojos, un mar azul se presentó frente a mí. Su ceño estaba fruncido, y su boca era una línea fina.
—Por fin.
—Yo…. Entraré –comenté e intenté apartarme de su presencia. Sostuvo mi mano, y me obligó a sentarme. —¿qué quieres?
—Dejé a Lila –comentó y lo observé sin comprender –el bebé… no es mío. Bueno, si teníamos sexo y eso pero..
Levanté la mano, sin querer oírlo –No me interesa.
—Ailín. Te amo –comentó y mis ojos se encontraron con los suyos ¿Acaba de confesar que me ama? No entendía nada, entonces comencé a reirme como una loca.
Es que él, me volvía así.
—Es una broma muy mala –comenté y él negó –no m